Mark Zuckerberg anunció un cambio radical en la estrategia de verificación en las redes sociales de Meta, eliminando el sistema de verificadores y adoptando un modelo basado en la participación de los usuarios para añadir contexto a las publicaciones, similar al de X (antes Twitter). Este movimiento representa el fin de un sistema implementado tras el escándalo de Cambridge Analytica y refleja un giro hacia la promoción de la libertad de expresión, según el propio Zuckerberg, quien sostiene que las elecciones recientes en Estados Unidos han sido un catalizador para este cambio.
El CEO de Meta defendió este nuevo enfoque como una respuesta a la censura promovida por algunos gobiernos con intereses políticos. Zuckerberg aseguró que esta medida busca restaurar la libertad de expresión en un contexto cultural que la prioriza cada vez más. Además, el cambio implica que los medios y periodistas con los que Meta colaboraba para verificar información dejarán de participar, trasladando esa responsabilidad a los usuarios, lo que genera críticas y es visto como una decisión polémica.
El anuncio coincide con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y el estrechamiento de relaciones entre Zuckerberg y Elon Musk, quien asesorará al nuevo gobierno. Meta también trasladará sus equipos de moderación de California a Texas, con el argumento de que este último estado tiene un enfoque menos sesgado. Estas acciones han sido interpretadas por algunos como una respuesta directa a la presión política ejercida por Trump, quien había criticado fuertemente a Zuckerberg meses atrás.
